martes, 28 de agosto de 2012

“TAN INCONDICIONAL COMO INSOPORTABLE…”

● La actriz escribió esa sugestiva frase en Twitter ● ¿Hablaba del actor? ¿De ella misma? ¿O del noviazgo que no cumplió ni tres meses? ● Desde hace dos semanas viven una crisis, al parecer originada por los celos y el carácter posesivo de Cabré, que amenaza con la ruptura ● Hoy, están viendo de qué manera seguir adelante.





SOBREVIVIENTES


Asus frescos 20 años, Eugenia Suárez no llegó a vivir ni las dos terceras partes de toda la experiencia que Nicolás Cabré cosechó en sus 32 veranos, habida cuenta de que nació un 6 de febrero. Guerrero de mil batallas amorosas, donde supo cosechar más victorias que derrotas, el galán conoce como nadie el terreno de la conquista –y la posterior posesión, según entendería el noviazgo–. Es un hombre forjado, con sus mañas, costumbres y valores ya muy bien definidos."A este chico no lo cambia nadie…", resoplarían las señoras del barrio.


SOBREVIVIENTES
Tiempo atrás, Eugenia entregó en adopción
 a un perrito que había encontrado en la calle.
 Y solo se quedó con el bull dog francés 
que la acompaña a todas partes. 
Pero a Cabré no se lo sacó de encima…
 ¡todavía! Porque sus celos la tienen a maltraer.

La China no. Para ella, el amor todavía es idílico, se ilusiona ante la inminente llegada del Príncipe Azul, y crece con la ingenuidad de quien todavía no supo de desengaños ni decepciones. Así, tal vez ni siquiera se reconozca en esa situación, en el rol de una mujer enamorada que se dispone a construir un proyecto mayor: una pareja. ¡Pero cuidado! La descripción no esconde una subestimación: ¡ojalá el amor se viviera a cualquiera edad como si uno fuera apenas un adolescente!
Pues bien, aquí radicaría la crisis que Eugenia y Nicolás atraviesan desde hace unos días: la diferencia de edad, y el modo en el cual cada uno se para ante la vida, los distancia. Y pone en jaque el romance del cual habló el país, y que comenzó justo –pero juuuusto, ¡eh!– cuando Cabré concluyó su matrimonio.
Del Paraíso al Infierno. Casi dos meses atrás, los excompañeros de Los Unicos I y II disfrutaban en Playa del Carmen, México, de su primer viaje romántico luego de que Suárez blanqueara la relación con Jey Mammon. Sin embargo, tuvieron una fuerte discusión en el lujoso hotel porque el actor se habría enojado al divisar a un fotógrafo. En pleno idilio, sufrieron un encontronazo que encendió la luz de alarma. "Tengo un carácter de mierda", reconoce la rubia. ¿Y el carácter de Nico? Ya lo conocemos todos.
Cabré, quien procura moldear la relación a gusto y piacere suyo, se encontró con una joven reacia a torcer el rumbo de sus decisiones. ¡Y ardió Troya! En estos últimos días las discusiones se hicieron frecuentes, y los roces derivaron en una crisis que hasta provocó la suspensión de un viaje a Córdoba, con cabañas ya reservadas. Incluso, las amigas de la China se sorprendieron ante una posible ruptura. "Al borde de la separación", anunció Paparazzi en exclusiva el número anterior. Los celos de Nicolás y aquella posesión a partir de la cual edifica sus noviazgos, habrían enfurecido a la China.
El lunes 18, Eugenia, Cabré y Apolo, el perro de la actriz, salieron a pasear por Palermo. "Estamos muy bien, nunca nos separamos", le aclaró la rubia a Infama. En su Twitter, en cambio, fue más sugestiva. "Dime tus twitts y te diré quién eres", escribió, dejando en claro que allí deja trascender gran parte de sus pareceres. Y continuó: "Ellas (por las mujeres de Piscis, su signo) hacen un mundo de una frase dicha al pasar", y le reconoció a un seguidor que "es imposible discutir con una pisciana", porque "te satura a tal punto de dejar que hable sola". Hasta aquí, un sentido mea culpa.
Peeeero… "Tan incondicional como insoportable", tipeó la ex Casi Angeles. Y es una misión imposible saber a ciencia cierta si hablaba de ella misma, de la personalidad de su novio o, peor aún, del vínculo que los une. Aunque existen otras certezas: hoy andan juntos, pero el vínculo se sostiene. Decidieron darse otra oportunidad porque es demasiado pronto para arrojar por la borda el lastre de un romance nacido en las cenizas de un matrimonio trunco (que todavía padece Tobal), y un noviazgo interrumpido prematuramente (el de ella con Nacho Viale).
Cabré se la jugó por Suárez. Eugenia apostó en cuerpo y alma por Nicolás. No sería justo rendirse ahora.

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